lunes, 29 de septiembre de 2008

EL MUNDO EN MANOS DE LAS MUJERES

El mundo, en manos de las mujeres

Mujeres jefas de Estado o de gobierno: Chandrika Kumaratunga, Presidente de Sri Lanka (1994- )
Mary McAleese, Presidente de Irlanda (1997- )
Vaira Vike-Freiberga, Presidente de Letonia (1999- )
Helen Clark, Primera Ministra de Nueva Zelanda (1999- )
Tarja K. Halonen, Presidente de Finlandia (2000- )
Gloria Macapagal-Arroyo, Presidente de las Filipinas (2001- )
Khaleda Zia, Primera Ministra de Bangladesh (1991-1996, 2001- )
Luisa Diogo, Primera Ministra de Mozambique (2004- )
Yulia Timoshenko, Primera Ministra de Ukrania (2005- )
Angela Merkel, recién elegida canciller de Alemania,
Helen Elizabeth Clark en Nueva Zelanda,
Khaleda Zia en Bangladesh,
Luisa Diogo en Mozambique.
Michelle Bachelet presidenta de Chile.
Ellen Johnson Sirleaf presidenta de Liberia.

Once mujeres en el mundo son presidentas

El 2007 quedará registrado en la historia de la Argentina como el año en el que por primera vez una mujer fue electa Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Cuando asuma el 10 de diciembre próximo, Fernández se convertirá en la Presidenta Nro. 53 de la Argentina y la novena jefa de Estado en América, desde de que en 1974 María Estela Martínez de Perón asumió la primera magistratura tras la muerte del Presidente Juan Domingo Perón.
Las mujeres que ocuparon la presidencia en otras naciones americanas fueron Lidia Gueiler, en Bolivia, en 1979; Violeta Chamorro, en Nicaragua; Ertha Pascal Troullot, en Haití, y la panameña Mireya Mosoco asumieron en 1990; después llegó Janet Rosemberg, en Guyana; Rosalía Arteaga, en Ecuador y en 2006, Michelle Bachelet, en Chile.

A finales de 2006, sólo 11 mujeres estaban al mando del Estado entre los 192 países miembros de las Naciones Unidas (ONU).
Ellas son la alemana Angela Merkel; la finlandesa Tarja Jalonen; la irlandesa Mari McAleese; la letonia Vaira Vike Freiberga; Bachelet, en Chile; la liberiana, Ellen Johnson Sirlea; la mozanbicana, Luis Diogo; la primera ministra de Santa Tomé, María Do Carmo Silvana; la neozelandesa, Helen clark; la filipina, Gloria Macapagal Arroyo; y la coreana del sur, Han Myung-sook.

Entre las que se destacaron en el mundo en funciones de Estado estuvieron Sirimavo Bandaranaike, en Sri Lanka, que se convirtió en la primera mujer en ser electa primera ministro del mundo en 1960.

Seis años más tarde, Indira Ghandi tomaba el mando de la India, Estado que había fundado el padre, Jawaharlal Nerhu, el 15 de agosto de 1947.

En 1969, Golda Meir asumió como jefa de gobierno en Israel y como tal le tocó conducir las tropas israelíes durante la guerra del Yon Kipur contra los árabes, en 1973.
En 1979, Margaret Thatcher se convirtió en la primera ministra del Reino Unido y la primera mujer electa en dirigir a las tropas británicas durante un conflicto armado, la Guerra de Malvinas, en 1982.

En los 46 países donde el jefe del Estado es un rey u otras variantes monárquicas, sólo tres mujeres ejercen la representación. Ellas son las reinas Isabel II, en Inglaterra; Margarita, en Dinamarca; y Beatriz, en Holanda.

Ya nadie discute que este siglo que ahora empieza lo van a tomar al asalto las mujeres si es que no lo han tomado ya. Hasta ahora, agazapadas en la sombra, movían muchos más hilos de los que ellas mismas imaginaban. Pero ya han dado un paso al frente y están dispuestas a dejar a los hombres arrinconados en sus complejos e inseguridades.

De momento, tienen en su mano elegir al presidente de Estados Unidos, al emperador del mundo.
Y según las encuestas, su candidato preferido es Obama. El sondeo realizado por la cadena de televisión CNN, tras el debate del jueves entre los dos aspirantes a la Casa Blanca, indicaba que el 59 por ciento de las mujeres consultadas creía que el ganador del enfrentamiento había sido el candidato demócrata.

Sería machista decir que esa mayoría se dejó seducir por la elegancia del senador, por el ajustado traje a medida, por el armonioso juego de unos largos y finos dedos, por la sonrisa canela, por la dialéctica basada en el tono y la pausa de su voz. Los defensores de Obama creen que el éxito del candidato demócrata obedece al mensaje renovador, a ese cambio que postula con valentía y desparpajo para que Estados Unidos mire al futuro sin los lastres de Bush, sus crisis económicas y sus guerras sin sentido.

McCain, por su parte, tuvo más apoyos desde el bando masculino. La experiencia del veterano político, sus postulados en las cuestiones de Defensa y Política Exterior, su aspecto serio de veterano en mil batallas le ha supuesto el apoyo de un buen número de hombres que se inclinan por lo viejo conocido más que por lo nuevo por conocer. Prefieren que ocupe la Casa Blanca un hombre maduro, casi vulgar en su apariencia, pero curtido y con experiencia que un espigado y atractivo jovenzuelo que acaba de empezar en política. Quizás también por machismo.
Aunque, con Obama o sin él, el mundo está en manos de las mujeres

domingo, 28 de septiembre de 2008

LO CUENTA LA PRENSA

El presidente Ortega, pederasta y violador

Mario Vargas Llosa, un intelectual puro, siempre al servicio de la verdad, ha denunciado con el valor y la claridad que le caracteriza al déspota de Nicaragua. Daniel Ortega ha vuelto al poder al frente de su banda gansteril, gracias, en parte, a su alianza con otra banda de las mismas características: la del ex-presidente Arnoldo Alemán, un delincuente que cumple condena por ladrón tras esquilmar las arcas del macilento Estado nicaragüense.

Recoge Vargas Llosa el testimonio de Zoilamérica, la hija que el déspota adoptó tras casarse con Rosario Murillo. En 1998, esta mujer sandinista declaró: “Fui acosada y abusada sexualmente por Daniel Ortega desde los 11 años y este abuso se mantuvo por casi 20 años de mi vida”. La hija adoptiva de Daniel Ortega ha denunciado las prácticas sexuales a las que el glorioso comandante se entregaba con ella.

Si abusos como los de Daniel Ortega hubieran sido cometidos por un presidente de la derecha, hasta las ranas del estanque del Retiro clamarían hoy contra él y el juez Garzón habría puesto en marcha los mecanismos judiciales internacionales para procesarle. Pero se trata de un amigo de Fidel Castro, de un compadre del caudillo bufón de Venezuela, Hugo Chávez, y, por lo tanto, la Prensa de la izquierda cobarde ha corrido las cortinas del silencio, mientras los progres-caviar callan como putas.

Reconforta encontrar en la Prensa internacional escritores como Vargas Llosa, que lo mismo denuncia las atrocidades cometidas por el generalísimo Trujillo, el amigo del generalísimo Franco, que las de este repelente dictador comunista, Daniel Ortega, pederasta y violador.