Antonio Piñero
De verbo fácil, Antonio Piñero es un escritor prolífico. Entre otras cosas, porque recoge “el fruto de casi 40 años de trabajo oculto y callado”. Un trabajo que ahora sale a la luz en forma de libros de éxito.
La familia de Nazaret
Estando en Navidades y con un especialista en los primeros siglos de la Iglesia al lado, es inevitable abordar la “vida oculta” de Jesús. Por cierto, el título de otro de sus libros. Piñero asegura que, desde la ciencia, se puede asegurar que “el pueblo de Nazaret existe desde la era neolítica”.
¿Y la “familia de Nazaret”? “Históricamente, la familia de Nazaret existió”, dice. Y añade: “No tengo razones para poner en duda la existencia de los padres de Jesús. José y María eran una familia muy judía y muy religiosa”.
Según Piñero, José era un “tekton”, es decir un “carpintero, que tiene un taller de madera y realizada todo tipo de obras relacionadas con la carpintería, desde la estructura de una casa a una mesa”. De María “sabemos lo que nos dicen los Evangelios de la infancia, que como aseguran los propios teólogos, no son narraciones históricas. Pero hay un vago núcleo histórico”. ¿Belén o Nazaret?
Piñero sostiene que “no sabemos dónde nació Jesús”. Y el censo del que hablan los Evangelios “tuvo lugar, pero diez años después. Tras ser depuesto Arquélao por el emperador Tiberio, Judea pasa a ser una provincia romana y los romanos quieren saber cuántos y quiénes tienen que pagar impuestos”.
El buey y la mula
“No aparecen en los Evangelios, sino en Isaías. Ni Lucas ni Mateo hablan de ellos”, explica. “Y lo mismo ocurre con los pastores y la estrella: son leyendas piadosas que circulaban en las comunidades de Lucas y de Mateo, unos 55 años después de la muerte de Jesús, cuando caen en la cuenta de que no se sabe nada de sus primeros años”. A su juicio, la técnica es muy sencilla: convertir a Jesús en un héroe. “El que fue un héroe en la edad adulta, también tuvo que serlo en su niñez. De adulto hacía prodigios y milagros; en la infancia, también. Lucas recoge estas leyendas, incluso de sus adversarios los seguidores de Juan Bautista, y las envuelve en la teología del Antiguo Testamento”
Reyes Magos
“Son otra leyenda. No eran Reyes, sino magos, que hacían magia negra dañina, o sacerdotes de la religión persa. Su visita simboliza que el nacimiento de Jesús es la salvación para el mundo entero. Por eso le traen oro, incienso y mirra, que simbolizan todo lo bueno y lo más excelso con lo que el ser humano puede honrar a la divinidad”.
Entre Papa Noel (“personaje de origen cristiano, que los irlandeses llevan a USA, donde, después de paganizarlo, nos lo devuelven e imponen en forma de Papa Noel”) y los Reyes Magos, Piñero se decanta abiertamente por estos últimos. “Son más elegantes, más sublimes y atraviesan nuestro imaginario desde siempre”. Herodes y la “leyenda urbana de la matanza de los Inocentes” Su obra sobre Herodes es una biografía novelada, pero con muchos datos reales y desmitificadores. Por ejemplo, Piñero sostiene en ella que “la matanza de los inocentes no existió, es una pura leyenda”. Y añade: “Si hubiese sucedido algo así, lo habría citado Flavio Josefo. Y no hay alusión alguna. Es inconcebible que todas las fuentes silencien un hecho tan monumental, que no podía pasar desapercibido”.
A su juicio, “lo que ocurre es que los evangelistas pretenden ejemplificar que Jesús, como los demás héroes, se salvó por la potencia divina de una aversión atroz y construyeron un relato con mucha fuerza. Es decir, la matanza de los inocentes es una leyenda urbana que ejemplifica en un relato literario muy potente que Jesús es un personaje excepcional”.
El escritor quedó prendado del biografiado. “Era un mecenas, un hombre culto, que escribía y que edificó el primer templo de Jerusalén, que sería aniquilado por Vespasiano”. Pero su nombre está unido para siempre a aquel templo del que los judíos aseguraban: “El que no ha visto el Templo de Herodes no ha visto lo más bello del mundo”. Su base estaba donde se alza hoy el Muro de las Lamentaciones, la construcción más sagrada del judaísmo.
Fue, además, “un prodigio de político, que sobrevivió a todos los cambios de régimen y murió en el año 4 antes de la era cristiana”. Herodes el Grande fue declarado rey de Israel por los romanos en el 37 a.C. y reinó treinta y tres años, hasta el 4 a.C. Sin embargo, la mala fama de Herodes no es gratuita. Mató a tres de sus hijos y, tras decir : “el pueblo de Israel me odia y ahora van a llorar de verdad por mí”, ordenó que, cuando muriese, sus arqueros asesinaran a 300 personas que había encerrado en un anfiteatro.
Sostiene Piñero que “Herodes estuvo a punto de matar a Cleopatra”, pero su hermana Salomé (tía tatarabuela de la Salomé de los Evangelios), a pesar de ser “el personaje más cruel de esta historia”, anuló la orden.
Antonio Piñero asegura que a Herodes le hubiera gustado “sacar a su pueblo de la ignorancia para entrar en la órbita cultural de Roma y Grecia”, y aborda su figura como mecenas. A él se deben los famosos colosos de Rodas, la ciudad de Cesarea, o el embellecimiento de Jerusalén.
1 comentario:
Caramba, me hubiera gustado saber la opinión de Piñero respecto a Maria Magdalena y Jesús,ya que le preguntaron hasta de la mula y el buey....
Saludos
Tere Marin desde Argentina
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