miércoles, 11 de abril de 2007

JON SOBRINO SE NIEGA A RECTIFICAR



Jon Sobrino se niega a rectificar y acusa al Vaticano de falta de honradez
El jesuita reprocha a Ratzinger ánimo de perseguir a todos los teólogos de la liberación
JUAN G. BEDOYA - Madrid - 20/03/2007
El modo de proceder de las curias vaticanas no siempre se distinguió por ser honrado y muy evangélico. No me siento representado en absoluto en el juicio global de la notificatio sobre mis libros. No me parece honrado suscribirla". Ésta es la respuesta del teólogo Jon Sobrino a la condena hecha pública la semana pasada por la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición). Sobrino, que no firmará el acta de acusación ni rectificará los libros censurados, acusa a los cardenales Joseph Ratzinger, hoy papa, y Alfonso López Trujillo de manipular los textos y, sobre todo, de ánimo de perseguir sin motivo a los teólogos de la liberación desde hace décadas

Mi experiencia viene de lejos. Usted conoce lo que ha ocurrido en los años de su generalato", escribe el teólogo vasco a su superior, el prepósito general de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kovenbach, animoso intermediario entre la inquisición romana y el jesuita vasco. Residente en San Salvador desde hace décadas y uno de los líderes de la teología de la liberación, Jon Sobrino se refiere a las tribulaciones que él y muchos de sus colegas han tenido que padecer "desde 1975" a manos de la policía de la fe vaticana.

Escribe: "He tenido que contestar a la Congregación para la Educación católica, bajo el cardenal Garrone, en 1976, y a la Congregación de la Fe, primero bajo el cardenal Seper y después, varias veces, bajo el cardenal Ratzinger. [Mis superiores] siempre me animaron a responder con honradez, fidelidad y humildad. Me agradecieron mi buena disposición y me daban a entender que el modo de proceder en las curias vaticanas no siempre se distinguía por ser honrado o evangélico". Jon Sobrino pone por testigo, entre otros, a Pedro Arrupe, el mítico papa negro (general de los jesuitas), también vasco, durante el Concilio Vaticano II.

La Congregación para la Doctrina de la Fe hizo pública la semana pasada una Notificación condenando varios puntos de la teología de Sobrino, tras examinar sus obras Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas. El primer libro se publicó hace 15 años y está traducido al portugués, inglés, alemán e italiano. La versión portuguesa obtuvo el imprimatur (autorización) del cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns, una de las figuras con mayor peso histórico de la Iglesia católica. El segundo libro se publicó en 1999 y está traducido al portugués, inglés e italiano. Los dos fueron examinados "muy cuidadosamente, antes de su publicación, por varios teólogos", dice Sobrino. "Ninguna recensión o comentario teológico oral cuestionó mi doctrina", añade.

Pese a todo, la Notificación inquisitorial hace relación de un "elenco de proposiciones erróneas o peligrosas encontradas en los libros citados" con la intención de "ofrecer a los fieles un criterio de juicio seguro, fundado en la doctrina de la Iglesia, acerca de las afirmaciones de los libros citados o de otras publicaciones del autor". Las "proposiciones que no están en conformidad con la doctrina", según el ex Santo Oficio, se refieren a los "presupuestos metodológicos" en los que el autor funda su reflexión y a sus tesis sobre la divinidad de Jesucristo, entre otras.

Jon Sobrino responde: "Desde muy pronto se creó un ambiente en el Vaticano, en varias curias diocesanas y entre varios obispos, en contra de mi teología -y en general, contra la teología de la liberación-, a priori, sin necesidad de leer muchas veces mis escritos. Son 30 largos años de historia". El hoy papa Ratzinger y el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo son señalados como los principales instigadores de la persecución, en una relación demoledora de "hechos significativos" y de textos.

El teólogo Jon Sobrino hace esa relación "no porque sea una razón fundamental para suscribir la notificatio, sino para comprender la situación en que estamos y qué difícil es, al menos para mí, aun poniendo lo mejor de mi parte, tratar honrada, humana y evangélicamente, el problema". Dice: "Siento que no es ético aprobar o apoyar con mi firma un modo de proceder poco evangélico, que tiene dimensiones estructurales y está bastante extendido. Avalar esos procedimientos para nada ayuda a la Iglesia de Jesús, ni a presentar el rostro de Dios en el mundo, ni a animar al seguimiento de Jesús, ni a la lucha crucial de nuestro tiempo, la fe y la justicia".

Condenado a la soledad

"En lo personal, estoy en paz. Tampoco sé mucho qué es lo que va a pasar. Quizás lo sepa pronto. Parte del mal de la curia (gobierno vaticano) es el secretismo. Es como estar condenado a la soledad. La verdad que es lo que más de quicio me saca. Me parece lo más inhumano. Por eso, tu e-mail me confortó. No es sólo que me des la razón -o no-, sino saber que hay personas que nos tratan como personas. Las curias no saben de eso", escribe Jon Sobrino desde San Salvador, a un compañero de Bilbao, en carta a la que ha tenido acceso EL PAÍS con la condición de omitir nombres. Sobrino concluye: "Me creerás si te digo que más que Roma, o la historia, me preocupa y me anima lo que piense la cocinera: si han visto en nosotros gente de bien".

La sanción, en manos de un arzobispo del Opus Dei
La notificación del Vaticano contra Jon Sobrino no incluye sanción alguna, en contra de lo que es habitual en la actuación del ex Santo Oficio de la Inquisición. Se sabe, sin embargo, que llegarán medidas disciplinarias, de la mano del arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle. El prelado es un destacado miembro del Opus Dei, poco inclinado, por tanto, a tratar con mimo a los jesuitas. En su inmenso poder ha dejado Roma la decisión.

Jon Sobrino es profesor de la Universidad Centroamericana (UCA) en San Salvador y director de Revista Latinoamericana de Teología. Él mismo da por seguro que perderá esas funciones, de las que lleva apartado meses por seria enfermedad. El principal castigo es la propia notificación. Roma señala por ese procedimiento extraordinario a los teólogos herejes o rebeldes, de los que los fieles deben alejarse. De ese "sufrimiento" habla Sobrino citando a "amigos y familiares", y a su hermana, "muy cercana a monseñor Romero y a los mártires". Se refiere a los compañeros asesinados por la extrema derecha militar de El Salvador: el obispo Romero, el también vasco Ignacio Ellacuría, otros cuatro jesuitas españoles, un salvadoreño y dos empleadas.

De la importancia de la sanción a Sobrino dan fe el eco en los medios de comunicación de todo el mundo y las reacciones de teólogos y facultades de Teología católica, como la de Graz, en Austria. "El padre Sobrino es un ejemplo luminoso para la Iglesia universal", dice su equipo directivo.
En España han expresado su pena e indignación la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Somos Iglesia y Cristianismo y Justicia, un centro de pensamiento de los jesuitas de Cataluña, entre otros. Todos han ponderado "el ejemplar estilo de vida" del pensador jesuita.

"La reflexión de Sobrino sobre Jesús de Nazaret es una de las más importantes e influyentes en la teología cristiana del siglo XX. Ha iluminado la fe de los creyentes e inspirado su compromiso solidario con los pobres y excluidos", dice la Asociación Juan XXIII después de señalar a Sobrino como un "impresionante testigo de la fe para mucha gente".
También ha habido críticas al "procedimiento seguido por el Vaticano, con secretismo, ausencia de diálogo y autoritarismo".

1 comentario:

webmaster tmarin dijo...

TEOLOGOS SOLIDARIOS CON JON SOBRINO.
Declaración de la Junta directiva de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII ante la 'Notificación' de la Congregación para la Doctrina de la Fe a Jon Sobrino

La Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, tras conocer y analizar la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los libros de Jon Sobrino Jesucristo Liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (1991) y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (1999), quiere hacer las siguientes reflexiones.

1. Consideramos que la reflexión de Sobrino sobre Jesús de Nazaret es una de las más importantes e influyentes en la teología cristiana del siglo XX, que ha iluminado la fe de los creyentes e inspirado su compromiso solidario con los pobres y excluidos, al tiempo que ha contribuido a dar significación y relevancia a la figura de Jesús.

2. Una de las principales aportaciones de la cristología de Sobrino es la de recuperar la humanidad y el carácter histórico de Jesús de Nazaret, acentuando al mismo tiempo su condición divina, dentro de la mejor tradición cristiana, desde el Nuevo Testamento hasta nuestros días, como reconocen muy cualificados teólogos que han analizado minuciosamente la obra del teólogo hispano-salvadoreño.

3. Haciéndonos eco de un importante sector de teólogos y creyentes, creemos que Jon Sobrino es un impresionante testigo de la fe para mucha gente, que, mucho nos tememos, recibirá con escándalo la descalificación de su obra. Es también testigo de miles y miles de víctimas de la violencia estructural en América Latina, muchas de ellas consideradas con razón mártires. El martirio se ha convertido en los últimos años en tema y fuente de inspiración de su teología.

4. Nos parece que el análisis que la Congregación hace de la obra cristológica de Sobrino opera con categorías no radicadas en la historia y descuida uno de los datos fundamentales del Nuevo Testamento, cual es la dimensión liberadora de la vida, del mensaje y de la praxis de Jesús. Igualmente desconoce o, al menos no tiene en cuenta, las aportaciones de los métodos histórico-críticos, sociológicos y de la antropología cultural, aplicados al estudio del Nuevo Testamento y a la figura de Jesús en las últimas décadas. La Notificación extrae de los libros de Sobrino afirmaciones sacadas de contexto, que desfiguran su pensamiento.

5. La Notificación del Vaticano olvida principios teológicos oficialmente asumidos por el magisterio papal, como la Iglesia de los pobres, que fue principio inspirador de la convocatoria del concilio Vaticano II por Juan XXIII: “La Iglesia –dijo- se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser, Iglesia: como iglesia de todos y, particularmente, Iglesia de los pobres”.

6. Con esta descalificación se está cuestionando seriamente la teología de la liberación, que constituye un referente fundamental para nuestra propia reflexión teológica y nuestra praxis, como consta en la Carta Fundacional de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.

7. El procedimiento seguido en este y otros casos similares por el Vaticano, con secretismo, ausencia de diálogo y autoritarismo, resulta inaceptable para un sector creciente del pueblo cristiano y escandaloso para los ciudadanos identificados con los valores democráticos. Consideramos urgente crear espacios de diálogo en el interior de la Iglesia católica y de ésta con la sociedad que, en un clima de respeto al pluralismo y de legítima libertad de expresión y de investigación, nos permita escucharnos y enriquecernos mutuamente, renunciando a toda pretensión de poseer la verdad en exclusiva.

8. Valoramos positivamente la ausencia de sanciones en la Notificación. Ahora bien, si ésas se produjeran posteriormente, las consideraríamos injustas y contrarias al Evangelio.

9. Queremos expresar nuestro más sincero y profundo agradecimiento a Jon Sobrino por lo que significan para todos nosotros su obra teológica y su testimonio evangélico informado por la opción por los pobres.

10. En estos momentos dolorosos por los que seguramente está pasando, queremos hacer pública nuestra inquebrantable solidaridad con su persona y su pensamiento, y expresar nuestro reconocimiento por su ejemplar estilo de vida.

Madrid, 18 de marzo de 1007



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