lunes, 9 de abril de 2007

¿QUIERO LA GUERRA CIVIL?




No quiero nunca más una España ciega ante los derechos humanos. ¿Quería la Guerra Civil? A la muerte de Franco, fui uno más de esos millones de españoles contagiados poda esperanza. Asistí al proceso de descomposición del anterior Régimen, que se hizo el «harakiri» -¿recuerdan la admirable intervención de Miguel Primo de Rivera y Urquijo en las todavía «Cortes Españolas»?-, abriendo el camino de la Transición. Voté afirmativamente, sin estar de acuerdo con algunos de sus contenidos y conceptos, en el «Referéndum» de la Constitución.

Era mucho mejor lo bueno que lo malo, y aquella Carta Magna amparaba a España, a los españoles, a sus libertades y dignidades, a sus derechos y obli­gaciones. ¿ Quería la Guerra Civil? No he dejado de votar en ninguna convocatoria, y siempre lo he hecho a partidos políticos democráticos. Voté a UCD en los principios y he votado hasta las últimas elecciones al Partido Popular. Soy mayor de edad y dueño de mis ideas y de mis impulsos, y seguiré votando al Partido Popular hasta que me decepcio­ne" o intuya que ha perdido la decencia política, eso que todavía está buscando el PSOE desde los últi­mos años del Gobierno de Felipe González. ¿Por votar a un partido político democrático con más de diez millones devotos quiero la Guerra Civil? Asumo y defiendo la letra y el espíritu de nuestra Cons­titución, creo en una España libre y desarrollada, en la diversidad de sus regiones y autonomías y la solidaridad entre todas ellas. ¿Quiero la Guerra Civil?

Creo en la "independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Creo en los brazos abiertos a los inmigrante s como individuo de una nación rica y privilegiada que en tiempos menos propicios fue de emigrantes. Quiero justicia,_ y no venganza, con los terroristas, y quiero justicia, admiración, gratitud y cariño, que no desprecio, olvido, desafecto o insulto con las víctimas del terrorismo y sus familias. ¿Quiero la Guerra Civil?

Soy cristiano y católico, pero respeto todas las creencias y agnosticismos, respeto en el que no soy correspondido por muchos que afirman respetar a los demás. ¿Por ser cristiano y católico quiero la Guerra Civil?

Pago mis impuestos, cumplo con mis obligaciones ciudadanas, trabajo honradamente, amo apasionadamente a la libertad y me siento español por los cuatro costados, por ser madrile­ño, vasco, andaluz y catalán. ¿Sentirse español por los cuatro costados es querer la Guerra Civil?
No soporto la violencia, ni la sangre, ni el terror, ni la mentira política, ni la traición, ni la injusticia. ¿No soportar el terrorismo es querer la Guerra Civil?

Me siento humillado cuando mis gobernantes, que son los míos aunque no los votara, porque asumo hasta el final el valor individual y colectivo de los votos, me siento humillado -insisto-, cuando compruebo que esos gobernantes me desprecian y me insultan, me llaman fascista por no coincidir con sus indignidades, me tildan de guerracivilis­ta por no callar ante su entrega a los que llevan matándonos durante décadas, por no silenciar pactos y maniobras exclusivamente destinadas al mal entendimiento de su poder, con partidos polí­ticos nacionalistas cuyo único objetivo es romper el mapa de España. Partidos, además, que en sus gobiernos autonómicos han establecido regíme­nes y sistemas sostenidos por falsedades históricas y odiosas diferencias raciales.

Autonomías en las que existen ciudadanos de distintas categorías, de acuerdo a sus ideas, y capacidades de sumisión o aceptación de los dogmas nacionalistas. Si quiero la libertad plena de todos los españoles, ¿quiero la Guerra Civil?

No tengo inconveniente en hacer público que tengo el derecho de reconocerme monárquico. Creo en La Corona yen su poder arbitral. Creo que en una nación como la nuestra, incomprensible­mente invertebrada, el Rey cumple a la perfección su cometido de árbitro de las pasiones y los desen­cuentros políticos, y sobre todo; en la representa­tividad de su figura, en el prestigio internacional de la Institución y de su persona, en su prudente y respetuosa manera de manifestarse y en su sentido del equilibrio y la justicia. ¿Creer en el Rey y en sus funciones constitucionales es querer la Guerra Civil?

Y creo, y amo, a los símbolos que nos unen aunque algunos los rechacen por incomprensibles resentimientos. Quiero y amo, porque me consi­dero parte de la Bandera de España, que me abraza y me emociona, y por cuanto significa.

¿Querer a la Bandera de España, de una España libre y democrática, es querer una Guerra Civil? Respeto todos los idiomas, dialectos y lenguajes que se hablan en España, pero sobre todo -por razones de obvia utilidad y sentido común- el idioma español, que no castellano - «el castellano es el bellísimo español que se habla en Castilla», que dijo Cela-,"una lengua que une no sólo a todos los españoles, sino que supera océanos y hablan más de 400 millones de habitantes de este mundo. Nuestra mejor joya es la palabra Y considero una imbecilidad que, mientras crece en el mundo el es­pañol, en algunos lugares de España se pretenda amordazarlo por los nacionalismos paletos. ¿Creer en el español es querer la Guerra Civil?

Reconozco que me están volviendo loco. Amo a España, a todas sus gentes, soy parte de ellas y de todas ellas me enorgullezco. Amo su diversidad. Vivo en su libertad y tengo los derechos que su Estado de Derecho me garantiza. Pertenezco ala generación de la reconciliación y el pacto hacia el futuro. Odio el terrorismo y la violencia. A pesar de todo ello, y de ahí mi inicial locura, me están haciendo creer que quiero lo que más detesto y defiendo lo que jamás haría. ¿Ustedes creen, de verdad, que amar todo lo que amo es querer la Guerra Civil?

Aclaren mi desconcierto.

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